Cuando una mujer inicia el trabajo de parto inicia también un proceso vivencial único, a ratos muy intenso, que la va a llevar al límite de sus capacidades y donde afloran los sentimientos más profundos que tiene guardados en su alma.
Teniendo esto en cuenta, la persona que acompañe a una mujer de parto tiene un papel importantísimo…
debe ser apoyo y aliento en los momentos de debilidad
debe ser consuelo
debe aportar optimismo
debe saber validar el esfuerzo de la mujer (tanto si lleva epidural como si no), recalcarle lo bien que lo está haciendo, animarla a continuar y recordarle que el fin de ese proceso es el inicio de la crianza de su bebé (porque madre ya lo es, lo es desde el test positivo)
Vaya papelazo el del acompañante… ¿no crees?…
Por supuesto siempre será quien elija la mujer, pero quien coja este papel tendrá que implicarse con ella, tendrá que vivir el proceso como propio, tendrá muchas veces que tragarse sus miedos para que ella afronte los propios con confianza… porque ella va a cogerse de su mano y va a ser a los ojos a los que mire cuando necesite un empujón para seguir.
Pero también hay un acompañante ese día que no es el que la mujer elige, sino el que le toca de turno, el que trabaja ese día… y a nosotr@s se nos exige lo mismo, así lo entiendo yo, todas las mujeres se merecen que se les concedan sus tiempos, que se vigile sin intervenir en exceso, que las mires a los ojos y sepan que pueden confíar en tí en uno de los momentos más intensos de sus vidas.
Esos dos acompañamientos marcarán la diferencia y será en muchos casos lo que haga que la vivencia del parto sea sana, positiva y si puede ser bonita mejor que mejor.
Así que acompañante:
Deja el móvil ese día aparcado, esto solo lo vas a vivir 1 o 2 veces en tu vida.
Habla mucho con la mujer antes del día del parto: que sepas que quiere hacer ese día, si entra en sus planes ponerse la epidural o no, probad en casa a hacer movimientos de la pelvis, probad la sensación de sentarse en una fitball, los masajes en las lumbares, los paños calientes para que sepas si le gustan más bien tibios o más calentitos, que sepas si le relaja más la música de Shakira o la de Enya… esas cosas.
Y nosotr@s los sanitarios, a ponerse las pilas toca…a humanizar, a actualizarse, a no hacer técnicas por rutina y respetar las decisiones de la mujer que tenemos delante…porque ella es única y así debemos hacérselo sentir.